Seleccionamos aquí algunos textos de autores modernos y poetas que han recordado la gesta numantina, la ubicación de la ciudad y el paisaje de su entorno. La lista de citas sería interminable, pero queden estos ejemplos como testimonio del profundo sentimiento que inspiró siempre el recuerdo de la defensa heroica de la ciudad hace dos mil años.
Romance de cómo Cipión destruyó a Numancia
Enojada estaba Roma — de ese pueblo Soriano:
envía, que le castigue, — a Cipion el Africano.
Sabiendo los de Numancia — que en España habia llegado,
con esfuerzo varonil — lo esperan en el campo.
A los primeros encuentros — Cipion se ha retirado;
mas volviendo a la batalla — reciamente ha peleado.
Romanos son vencedores, — sobre los de Soria han dado:
matan casi los más de ellos, — los otros se han encerrado.
Metidos en la ciudad — Cipion los ha cercado,
púsoles estancias fuertes, — y un foso desaforado:
y tanto les tuvo el cerco, — que el comer les ha faltado.
Púsolos en tanto estrecho, — que en fin han determinado
de matar toda la gente — que no tome arma en mano.(Juan de Timoneda, Rosa Gentil, Valencia, 1573)
Qué es, Numancia, de ti? tu ardiente brio
De qué sirve, si Roma por vencerte
Desplegó su grandioso poderío?
¿Qué importa tu valor, si de tu suerte
Arbitra quiere ser , y en la esperanza
De humillarte cruel entre cadenas
A ti sus rayos invencible lanza…
…Cayó Numancia: la brillante cuna
Del mas alto valor que vió la tierra
En tumba de cien héroes sin fortuna
Miróse convertida; mas su nombre
No morirá jamás, que en él se encierra
Cuanto más grande el pensamiento inflama,
Y para siempre de esplendor ceñido
En el glorioso templo de la fama
Entre ígneas palmas brilará esculpido.
(Antonia Díaz Fernández de Lamarque (1827-1892) La Destrucción de numancia. Oda)
¡Gentes del alto llano numantino
que a Dios guardáis como cristianas viejas,
que el sol de España os llene
de alegría, de paz y de riqueza!
(Antonio Machado, Campos de Castilla, 1912)
¡No solloces, ciudad de Celtiberia! […]
Por tu profunda noche neolítica,
llegan ya las calzadas militares,
el verso de Virgilio a las abejas,
el mármol, la columna y el derecho …
(Agustín de Foxá, El almendro y la espada, 1940)
Numancia afiló dagas de bronce; en las vasijas
de fúnebre banquete fermentaba la celia
y un dolmen cobijaba al jefe en esqueleto
de broncínea diadema
(Agustín de Foxá, El almendro y la espada, 1940)
Revelación
(A Blas Taracena)Era en Numancia, al tiempo que declina
la tarde del agosto augusto y lento,
Numancia del silencio y de la ruina,
alma de libertad, trono del viento.
La luz se hacía por momentos mina
de transparencia y desvanecimiento,
diafanidad de ausencia vespertina,
esperanza, esperanza del portento.
Súbito ¿dónde? un pájaro sin lira,
sin rama, sin atril, canta, del ira,
flota en la cima de su fiebre aguda.
Vivo latir de Dios nos goteaba,
risa y charla de Dios, libre y desnuda.
Y el pájaro, sabiéndolo, cantaba.(Gerardo Diego. Alondra de Verdad. Editorial Castalia. Colección Clásicos Castalia, núm. 145. 1941
Numancia la inmortal lágrimas vierte
porque ve que a pesar del noble aliento
que a sus hijos anima, acatamiento
ha de hacer el romano yugo fuerte.
(Ángel Ganivet, "A Numancia", en Antología de poetas españoles contemporáneos, 1946)
¡Numancia! Qué pena dan tus cercados,
tus débiles violetas invadidas,
tus sollozantes casas sin ventanas
y aquel color tan triste de la lluvia
sobre tus hombros muertos toma…
…Y de la oscura paciencia abandonada
con que estabas ahí, sentada en tu colina;
cinco años, diez años, veinte años,
esperando soldados y soldados,
legiones y legiones,
Cónsules y Cónsules crueles,
con águilas rabiosas y tenaces
armas, y suplicios, y murallas.(Juan Eduardo Cirlot, Barcelona, 1916-1973, Tres poemas a Numancia)
"La situación geográfica de Numancia queda determinada de una manera ineludible, porque coincidiéndose dos líneas que pasan por ella, debe hallarse en el punto de su común intersección. Es una de estas líneas la vía de Caesaraugusta por la Celtiberia, según lo demuestra el Itinerario de Antonino, sin dejar duda posible; la otra es el río Duero".
(Eduardo Saavedra, Descripción de la vía romana entre Uxama y Augustobriga, 1861)
"La última y más importante fase de la guerra celtibérica: esa lucha de diez años consecutivos que se desarrolla en Numancia, que ha recibido el nombre de Bellum Numantinum y que ha proporcionado gloria eterna a aquella pequeña ciudad".
(Adolf Schulten, Historia de Numancia, 1944)
"Al quedar Numancia destruida por el incendio con que sus propios habitantes pusieron término al asedio de Escipión no quedó de aquella más que montones de escombros, que luego los romanos esparcieron para construir la nueva ciudad (…) los escombros cayeron sobre la calle y sirvieron de firme a la calle romana, hecha encima, y en la misma dirección que la numantina".
(J.R. Mélida, en su serie Numantina en El Correo, 1907)
"En el cerro de La Muela estuvo emplazada la ciudad de Numancia, luminoso foco de la independencia española, último baluarte eficaz de resistencia celtíbera a la invasión romana y teatro de la guerras más cruentaS de la antigüedad peninsular, "la Guerra de fuego", como la llamaron en Roma"
(Blas Taracena, Carta Arqueológica de España: Soria, 1941)
"Estos casos admirables de oposición terca y tenaz, de indomable resistencia al enemigo… Es entonces cuando la resistencia a ultranza suele alcanzar esos grados sublimes e impresionantes en los que la desesperación radical, conduce inexorablemente al suicidio colectivo e incluso al canibalismo"
(A. García y Bellido, NUMANTIA, 1969)